En Interdomicilio en nuestro interés por nuestros clientes y porque la educación y el buen desarrollo de nuestros pequeños nos interesa a todos, nos hemos preguntado qué impacto tienen nuestras palabras con nuestros hijos.
Si bien cada día nos enfrentamos al difícil reto de que nuestros hijos aprendan que hay que seguir una alimentación variada, pero claro para ello hay que enfrentarse a las temibles verduras, al horrible pescado y a las malignas frutas. Todo un reto, y en nuestro afán por ayudaros hemos ido más allá y nos hemos encontrado en que el origen puede que no sea tan lejano como pensábamos ni que sea una cuestión de gustos, el problema en muchos casos lo inculcamos nosotros.
Pero por qué, cuál es la razón. Nuestros hijos se inspiran y siguen nuestros pasos, si nosotros leemos todos los días el periódico o un libro ellos también leerán con nosotros, si nosotros vemos la televisión con mucha frecuencia, ellos también la verán y con la comida no es menos distinto, aunque como también influye una cuestión de gustos y que al principio cuesta más o los gustos no son tan refinados. Pero es por eso mismo, por lo que debemos de hacer especial hincapié.
Las palabras que decimos a nuestros hijos tienen mucho más impacto del que creemos y si bien en vez de decir “Mira, tu (hermano/ hermana/ amigo/….) se lo ha acabado todo, ¿por qué tú no?”. Dijésemos, “se que cuesta mucho, cariño. A veces se necesita tiempo y muchas cucharaditas para aprender pero ya verás como cuando seas mayor te encantará esa comida”. Pues conseguiríamos en vez de crear sentimientos de inferioridad, conseguiríamos crear sentimientos de confianza.
O si bien en vez de decir, “todavía no has comido suficiente, hasta que no te lo acabes no te puedes levantar de la mesa” y ver como nuestros pequeños se quedan mirando y odiando esa comida más todavía dijésemos “Asegúrate de que has comido suficiente, porque la siguiente comida no es hasta…”, así ellos aprenderán a regular cuanto comen y tendrán que aprender a gestionarse para no pasar hambre, a veces la mejor forma de aprender es cometiendo errores.
Debemos de enseñar al niño a seguir su apetito, a comer variado a seguir un horario estable, a comer todos juntos, pero para enseñarle esto debemos de hacer un pequeño esfuerzo porque lo aprenden de nosotros y por eso para su educación y por su desarrollo tenemos que dedicarle atención no solo al mensaje, sino que también es muy importante la manera de transmitirlo.
Desde Interdomicilio te queremos hacer el día a día mas fácil, si tienes cualquier pregunta o necesitas ayuda en el hogar no dudes en llamarnos.
